Una ilustración plana, cinematográfica y altamente estilizada inspirada en el estilo animado retro-moderno de Kevin Dart, que representa la oficina desordenada de un productor de televisión en Montevideo, Uruguay, en 1990. La escena está enmarcada como un plano amplio dentro de una pequeña oficina tenuemente iluminada llena de encanto retro. En el centro, un gran escritorio de madera está desbordado de documentos dispersos, notas escritas a mano, carpetas, tazas de café, bolígrafos viejos y un planificador abierto. Un teléfono rotatorio clásico y un cenicero con un cigarrillo humeante se encuentran a un lado. Detrás del escritorio, una alta pared de estanterías está repleta de cintas VHS, cuyos lomos coloridos y etiquetas descoloridas están apilados en filas estrechas y pilas inclinadas. Algunas aún están en fundas de cartón, otras tienen títulos escritos a mano en etiquetas blancas. Un pequeño televisor CRT descansa en una estantería, con un reproductor de VHS debajo y un reloj digital parpadeante. La iluminación de la habitación es melancólica y nostálgica: la luz dorada de la tarde pasa a través de persianas venecianas polvorientas, proyectando sombras horizontales agudas sobre el escritorio y las estanterías. Las paredes están decoradas con carteles descoloridos de programas de televisión locales, calendarios de producción sujetos con chinchetas y un corcho lleno de notas y Polaroids. La paleta de colores es cálida y desaturada: ocres suaves, marrones polvorientos, teales apagados y rojos descoloridos. Las sombras son largas y gráficas, dando profundidad al espacio mientras mantienen una estética limpia y plana. Toda la composición mezcla caos y control, nostalgia y creatividad, capturando la energía de la cultura televisiva de los años 90 en Uruguay, representada con el elegante, animado y gráfico estilo narrativo de Kevin Dart.