Un cuento de hadas oscuro al estilo de la animación en stop-motion de Tim Burton, que presenta un primer plano de un fantasma femenino (su rostro demacrado, piel de un gris mortecino. Sus ojos están hundidos, carentes de pupilas, emitiendo una escalofriante luz blanca. Lo más impactante es su boca exageradamente ancha y abierta, llena de innumerables dientes irregulares góticos de marfil afilados, como si estuviera lista para desgarrar a su presa en cualquier momento. Se inclina ligeramente hacia adelante, creando una sensación de opresiva superioridad, su largo cabello negro deslizándose hacia la cámara como serpientes, envuelta en una túnica negra, revelando un cuerpo en descomposición y numerosos corazones en su interior). El fondo es una oscuridad caótica (la luz ilumina su rostro de manera inquietante desde abajo, realzando el efecto fantasmal, con tonos fríos, baja saturación y luz tenue), creando una ilustración visualmente impactante.