En un estilo de dibujo a líneas simple, versión Q, con ilustraciones suaves y difusas que presentan a un niño con cabello negro, una cara linda y sonrojada sonriendo cálidamente, y un puchero rosa. Lleva un boina azul y un suéter de lana azul. En su mano izquierda, sostiene un ramo fresco de flores azules envueltas en papel kraft marrón. Una pequeña bolsa blanca con detalles de huellas de patas cuelga en diagonal sobre su pecho. La obra encarna el minimalismo, la atmósfera, escenas borrosas y oníricas, con una perspectiva cenital, creando una obra maestra.