Una fotografía desde arriba de un bosque en rotación infinita y recursiva, iluminado por las densas copas de los árboles hechas de chispas de brillo y neón dicróico opalescente de Aurora, que realzan el efecto sobrenatural de la aurora boreal, proyectando luces inquietantes y cambiantes en sus formas. Las rayas de espuma cromática negra y neón del vórtice giran y se retuercen, creando un fondo dinámico y hipnotizante. Formas abstractas, como esferas enredadas, pirámides y tiras de Möbius adornadas con patrones fluidos, contribuyen a la atmósfera surrealista.