Una toma de cuerpo completo de una chica japonesa de 18 años con piel pálida embebida con circuitos brillantes, cabello negro con luces de neón azules y puertos de interfaz en las sienes, maquillaje holográfico en los ojos y lápiz labial cromado, vestida con un vestido de tela inteligente negra con patrones digitales, guantes hápticos, cinturón LED, cadenas de fibra óptica y un collar con desplazamiento de datos, arrodillándose frente a un obelisco de alta tecnología en un cementerio cibernético en una niebla, colocando un cristal entrelazado cuánticamente en el suelo, rodeada de lápidas holográficas que muestran recuerdos digitales y árboles de nanotecnología que pulsan con datos, el suelo cubierto de nanopartículas y circuitos muertos, luz de luna virtual proyectando sombras glitchadas, creando una atmósfera de ritual tecnológico cybergoth inquietante.