Crea un personaje surrealista y fantástico que se asemeje a una gran cabeza humana hecha de intrincados elementos arquitectónicos. La cabeza presenta un ojo prominente y exagerado que transmite curiosidad y asombro, con ricos detalles en tonos de marrón, negro y blanco. Integra diversas características arquitectónicas, como puertas y ventanas interconectadas, sugiriendo un sentido de vida y movimiento. El fondo es de un gris apagado con nubes oscuras, evocando melancolía, junto a calles vacías y edificios en ruinas, reflejando una atmósfera post-apocalíptica. Esta obra de arte encarna un estilo surrealista, invitando a la contemplación de la identidad, la existencia y los contrastes de la vida moderna.