Un aterrador Rougarou acechando en un pantano brumoso de Louisiana por la noche. Su forma es alta y macilenta, con extremidades alargadas y movimientos antinaturales, como un humano maldito retorcido más allá del reconocimiento. Su piel es de cuero y moteada, estirada sobre huesos afilados, con parches de pelo que se aferran en lugares irregulares. Sus ojos brillan con un rojo espeluznante, carentes de emoción, mirando hambrientos desde las sombras. Su boca es demasiado ancha, llena de dientes desiguales y afilados, como si su cara nunca hubiera estado destinada a abrirse de esa manera. Dedos largos y nudosos, rematados con garras ennegrecidas, se estremecen como si desearan agarrar algo. La espesa niebla del pantano se aferra a su cuerpo, ocultando parcialmente su silueta inhumana. En el fondo, una sola canoa volcada navega en las aguas turbias, y los cipreses se alzan como testigos silenciosos. La luna llena arriba proyecta sombras inquietantes, mientras que el sonido distante de un grito agudo y sobrenatural resuena a través de la noche brumosa.